Los garbanzos contienen proteínas, hidratos de carbono, fibra, vitamina B y minerales. Todos estos nutrientes son necesarios para el crecimiento del bebé, a la vez que le aportan energía a tu organismo. Además, aportan ácido fólico o folatos, una vitamina esencial en el embarazo ya que es necesaria para el correcto desarrollo del bebé.
Las proteínas de las legumbres en el embarazo ayudan a mantener el equilibrio de fluidos y procesos de desintoxicación. Por su parte, los hidratos de carbono y la vitamina B ayudan a regular la energía y el apetito.
Los garbanzos reducen las ganas de ingerir alimentos azucarados, con lo que disminuyen las posibilidades de sufrir bajones de energía y anímicos.
Finalmente, los garbanzos contienen una amplia gama de minerales, con hierro que favorece la producción de glóbulos rojos en la sangre; calcio, magnesio y manganeso para el desarrollo óseo del bebé, y selenio y cinc con propiedades antioxidantes. Esta legumbre también suele asociarse a unos índices bajos de padecer enfermedades cardiovasculares, por lo que durante el embarazo son beneficiosos, ya que en esta etapa la presión sanguínea tiende a aumentar y el corazón trabaja más.
Opta por una receta de ensalada de garbanzos, una receta de sopa de garbanzos y patata o un hummus para comer en el embarazo y disfrutar de todo el aporte de este ingrediente.
Garbanzos, gases e hinchazón
Por su contenido en fibra, los garbanzos están indicados si padeces estreñimiento durante el embarazo. Sin embargo, en esta etapa también es habitual sufrir hinchazón y gases; si éste es tu caso, debes moderar el consumo de garbanzos o incluso evitarlo, ya que este alimento provoca flatulencias.