¿Puedo comer miso en el embarazo?
El miso se asocia, especialmente en la cultura japonesa, a la salud y la fertilidad de la mujer. Este alimento se elebora fermentando soja y evita que las bacterias afecten a nuestro organismo. La mayoría de los japoneses lo incluyen en su dieta varias veces por semana.
El miso ayuda al sistema inmunológico y al digestivo, que evitan que las bacterias causen daños que perjudiquen la fertilidad. Contiene también una forma vegetal de estrógenos capaz de rugular los niveles de nuetsro cuerpo cuando son demasiado altos o bajos. Sin embargo, este efecto puede desequilibrarse si se ingiere demasiado. También contiene vitamina K, necesaria para transportar calcio a los huesos. Una futura mamá necesita que sus reservas no se agoten debido al crecimiento óseo del bebé.
Otros alimentos ricos en calcio para embarazadas son: la leche de vaca, las legumbres o los frutos secos.
Aunque la soja ha sido objeto de controversia, se ha demostrado que los alimentos a base de soja natural fermentada, como el miso y el tempeh, favorecen la fertilidad.
Consejos para comer miso (hatcho) en el embarazo
La forma más común del miso está hecha de soja y tiene el mayor efecto regulador de hormonas. Si eres alérgica a la soja, prueba el miso de arroz, cebada o trigo. Es mejor en pasta que en polvo. Prepara una sopa sencilla hirviendo un poco de verduras de hoja verde oscuro en agua y añadiendo pasta de miso al gusto. El miso contiene mucho sodio, así que úsalo con moderación.