¿Puedo comer sandía durante el embarazo?
Naturalmente. La sandía es un 95% agua, por lo que, además de ser muy refrescante, es una fruta sin ningún tipo de contraindicación durante el embarazo. Además la sandía es muy rica en licopeno, un antioxidante que, además de darle su característico color rojo a la sandía, ayuda a proteger las zonas adiposas del cerebro, el corazón y el parto.
La sandía es también rica en citrulina, un aminoácido útil para la división celular que ayuda a cicatrizar las heridas y que junto con el potasio, contribuye a normalizar la hipertensión.
Por último su alto contenido de agua, junto con los azúcares naturales y el potasio, te ayudan a hidratarte en un momento en el que lo necesitas mucho.
La vitamina C y el licopeno ayudan a proteger el corazón, lo cual es importante ya que el corazón de una mujer embarazada debe trabajar un 25% más de lo habitual.
La sandía en el postparto
Las propiedades beneficiosas de la sandía se transmiten al bebé a través de la leche materna, por lo que es una fruta especialmente beneficiosa durante del postparto y la lactancia. Comer frutas y verduras variadas garantiza un amplio espectro de antioxidantes tanto en la madre como en el lactante, lo cual reduce el riesgo de padecer enfermedades infecciosas y problemas inflamatorios.